martes, 13 de mayo de 2008

Lili Marlen

"Vivimos en una casa de planta alta. El mundo que Lilí conoce se reduce a nuestra casa. La terraza llena de macetas es su selva; ella acostumbra además a observar desde el balcón el mundo externo, suele pasar horas sentada allí, con lo cual suponemos que esa realidad le ha dado una imagen del exterior muy particular. Cuando se le da la oportunidad (cada vez que viene el sodero o cuando atendemos a alguien en la puerta de calle) baja rápidamente la escalera y, ante el menor descuido se ubica en algún recodo de casas vecinas para observar ese mundo desde otro ángulo. En ocasiones nos ha dado pena ese aislamiento al que se ve obligada y nos quedamos acompañándola un ratito hasta que ya cansados debemos librar una pequeña batalla contra su mal humor y hacerla entrar.
El lunes 28 de abril por la noche "Lilí desapareció". Al principio pensamos que estaría haciendo alguna de sus incursiones por la terraza y techos aledaños, a las que se ha ido aficionando. Pero.... martes en todo el día no apareció... y encima hacía mucho frío. Uds. comprenderán la tristeza que a uno le invade en estas circunstancias ¿tendrá hambre? ¿frío? porque convengamos nuestas mascotas urbanas son tan dependientes (por usar un término correcto). Pasó el miércoles, el jueves... y bueno... uno no quiere ser drástico pero.... ya eran muchos días... Surgió la idea de imprimir una imagen de ella y colocarla en dos quioscos que hay en nuestra cuadra. Con sinceridad yo no guardaba muchas esperanzas... Pero.. el sábado al mediodía nos tocan el timbre avisándonos que había una gatita muy asustada escondida entre unas plantas en una suerte de jardincito de una casa de nuestra cuadra. Allí fuimos y ¡estaba!!! detrás de unas plantas, escondidita. ¡qué emoción!!! nuestra Lilí Marlene, nuestra gatita doméstica y dependiente había sobrevivido a la intemperie. ¿Qué imaginábamos? que al vernos vendría toda mimosa a nuestros brazos. Craso error. Allí empezó la cacería de una tigresa arisca, poseída por todos los demonios, que arañó, mordió, gruñó, corrió; y nosotros defendiéndonos de los arañazos, las mordidas, sin saber qué hacer. Hasta que en una demostración más de la capacidad criolla para resolverlo todo, con los elementos más simples los hombres de la casa tomaron una caja de cartón y en una de sus escapadas agresivas la taparon con la caja contra una pared. Lo que pasó después no lo puedo describir porque me tapé los ojos espantada hasta que pude ver la caja cerrada.
Ya en casa la Srta Lilí Marlene comenzó a investigar cada sitio como si buscara reconocer todo, no quiso comer, sólo tomaba mucha agua; ignorándonos totalmente se fue a dormir, más bien se desmayó; el estrés le duró varios días, hasta levantó fiebre, tuvo espasmos. A los dos días se dejó acariciar y de a poco está volviendo a la normalidad. Está muy muy mimosa, cosa que nos extraña porque es una gatita más bien arisca, busca nuestras caricias. La hemos observado todos estos días con muchísima atención, le hablamos con dulzura, la hemos acompañado con caricias mientras come. Y paulatinamente Lilí se ha ido recuperando.
Por mi parte confirmo una vez más lo necesarias que son las caricias para superar el dolor!!!! aunque ella no lo entienda." Susana Cappello

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que tierno!